jueves, 29 de noviembre de 2007

Escritores de la Araucanía serán reconocidos en Encuentro literario


Victoria se convierte en capital de la literatura regional

El primer Encuentro del escritor local de la Araucanía se realizará la primera semana de diciembre en la ciudad de Victoria, en esta ocasión se le rendirá un homenaje a escritores que han contribuido al desarrollo de la literatura en la región, instancia organizada por la municipalidad de Victoria y gestión cultural Intercomuna. “De esta manera se crea un espacio necesario para valorar la literatura local y la capacidad emprendedora de nuestros escritores para sacar adelante una empresa tan arriesgada como la autoedición” señaló el Director del Encuentro e investigador de Intercomuna Cristian Rodríguez Domínguez.
Este encuentro que primera vez se realiza en nuestra región, se entregará un reconocimiento a la “Trayectoria” al poeta mapuche Elicura Chihuailaf Nahuelpan, destacado orador y traductor de la lengua indígena al chileno, quien a través de su poesía ha proyectado la cosmovisión mapuche mucho mas allá de las fronteras del país, sumado a un trabajo de integración de las distintas culturas como lo fue uno de sus últimos trabajos al traducir “La Araucana” al mapudungun. Además ha publicado diversos libros de poesía y crónica, entre sus obras se cuentan: El invierno y su imagen (1977), En el país de la memoria (Autoedición, 1988), El invierno, su imagen y otros poemas Azules (1991), Sueños y Contrasueños (1995),
A orillas de un sueño azul, La Palabra: Sueño y Flor de América. Adelanto de una muestra de Oralitura Indígena de América (1997), Recado Confidencial a los Chilenos (1999).
Por otro lado la historia local siempre es fuente de interés de los escritores locales, este año los organizadores han decidido entregar un galardón a la mejor “Edición” a la obra de la escritora Soledad Uribe Boisier de Purén con su obra “Reunión en el valle. Colipi, Reyes y Boisier”, trabajo que narra el desarrollo de esa cordillerana localidad. En la actualidad se desempeña como presidenta de la Agrupación Cultural Purén Indómito, entidad responsable de la creación y funcionamiento del Museo Histórico de Purén
A su vez la necesidad de destacar la búsqueda de nuevos aspectos de la historia local en un escritor joven ha llevado a otorgar un reconocimiento al “Escritor novel” a Gabriel Anríquez Ponce, quien en sus 25 años ha realizado tres trabajos en materia histórica en la ciudad de Victoria. “Esperamos que el publico se sume a esta iniciativa”, agregó la coordinadora del encuentro Andrea Saavedra Teigue.
En este primer encuentro la comunidad podrá escuchar, intercambiar opiniones y comprar libros de diversos autores locales, cuyos valores van desde los $ 1.000 hasta los $ 10.000, así cada visitante le permitirá llevar un trazo de la literatura a sus hogares.

viernes, 2 de noviembre de 2007

La singularidad de los cementerios de la provincia.


Por Cristian Rodríguez Domínguez [1]

Recorrer sus cementerios bajo un marco geográfico sin igual, es aproximarse a la esencia del pueblo mapuche, la que se une a la presencia cristiana en sus representaciones, produciendo una articulación evidente entre forma y contenido, entre lo natural y lo foráneo, entre la simpleza mapuche y la vanidad occidental, entre la carga simbólica de un chemamúll y la cruz cristiana.
Reflejando en un mismo espacio, una diversidad cultural que da cuenta de un sincretismo, marcado por varios siglos, producto de la conjunción de diversas culturas en la provincia de Malleco; a los cementerios rurales un paisaje único les otorga forma, cercanos a esteros y ríos, emplazados en un lugar de dominio del entorno contiguo, con una fuerte presencia de macizos cordilleranos. Esta es una de las características de los cementerios de nuestra provincia, desde sus manifestaciones más remotas como los Kuel, ubicados en el valle de Purén-Lumaco, se constituyen en una trama desde la cual se articulan visualmente, de manera que el amanecer envolvente y enérgico contrasta con el horizonte en un atardecer.
Este único sentido del dominio, se ha trasladado hasta los cementerios de diversas comunidades mapuche, ubicados en lugares vitales con una fuerte presencia celestial en el marco geográfico que las circunda, definiendo su impronta. Imagen que fue nutrida por un manantial de manifestaciones religiosas de parte de los inmigrantes extranjeros que llegaron hasta estas tierras al finalizar el siglo XIX, una vez incorporada definitivamente al territorio nacional.
De este modo, la provincia de Malleco, de una vida rigurosa y cruda, fue testimonio de diversas manifestaciones en su concepción de la muerte, rituales que definieron el cambio brusco entre la vida y la defunción, entre lo material e inmaterial, entre la cosmovisión mapuche y la religiosidad occidental.
Viajar por cada uno de estos cementerios, es imaginar el sentido de la vida, del afecto, del resguardo, de la ternura y devoción, en el otro extremo, de la opulencia, de la vanidad, el contraste entre el dinero y el sentido de la muerte que solo la vanagloria, nos ha perpetuado hasta nuestros días con sus enormes mausoleos.
Recorrido por cada uno de los espacios que han facilitado el viaje a la eternidad, una morada cercana a los afluentes de agua en busca de paz en el lejano Icalma, trazado marcado por la presencia de la naturaleza, hasta los cementerios urbanos de la zona de los hijos del trigo, actividad que marcó y definió la economía de la Araucanía y cuyos testimonios se manifiestan en sus camposantos.
Todos y cada uno de estos cementerios son reflejo de esta sociedad. Sociedad diversa, cargada de simbolismos que han adquirido por el paso del tiempo y la armonía cultural que las ha caracterizado.
Por otro lado, muchos de estos espacios mortuorios son una respuesta frente a la naturaleza, marcada por volcanes, valles y ríos, propios del pueblo mapuche, en tanto, otros pasan a ser una respuesta a las necesidades sanitarias, que afectaron a los incipientes poblados a fines del siglo XIX, de diversas epidemias de cólera y viruela.
En estos cementerios se recogen historias que han quedado ocultas tras los remotos muros de ladrillo. tal es el caso del cementerio de la ciudad de Traiguén que recoge toda la fuerza de la espiga del trigo, así se pueden observar los mausoleos de la familia Widmer, la sepultura de Gustavo Milet entre otros, los que dejaron su huella en una oxidada cruz metálica derruida por el paso del tiempo, en una abandonada lápida de mármol o en una frágil cruz de madera. Formas que dan cuenta de conceptos de vanidad, descanso, resguardo y cobijo, entre otros, con un sentido único: dar cuenta de la vida, más que de la de la muerte.
Los cementerios de nuestra provincia, así concebidos, presentan una variedad notable, y que inevitablemente muestran cada uno su singularidad en los espacios sagrados destinados para la muerte, distinguiéndose aquí, el contraste evidente entre lo terrenal y lo divino, en sus diversas formas aportadas por las diferentes culturas que convergieron en un solo territorio.
[1] Arquitecto, © Magíster en Historia de la Universidad de Concepción. Diplomado en Gestión cultural.

La singular casa de José Medín Reyes en Purén


Por Cristian Rodríguez Domínguez [1]

La historia de Purén es mucho más anterior que los pueblos fundados en el periodo de ocupación de la Araucanía, tras una seguidilla de líneas fronterizas como el Malleco, el Traiguén y el Cautín.
Purén en su larga vida ha alcanzado un desarrollo sostenido gracias a la actividad cerealera, lo que dio como resultado la presencia de molinos, industrias como la fábrica de café de higos de la familia Schmidlin, de esta manera su arquitectura resultado de esta aventura económica presenta un alto valor estético, que la hace muy singular en la provincia.
Así, encontramos la casa Boisier, un enorme volumen, muy austero a dos aguas, a partir del cual sobresale un frontón a dos aguas, enfrentando la calle, por otro lado la antigua casa Oemick, es una mezcla de la expresión de un galpón y molino, una fachada continua que define la vereda, muy simple, pero que en sus extremos se focaliza con la presencia de un volumen perpendicular al anterior.
Un ejemplo notable lo constituye la casa Schmidlin, de planta cuadrada, con torreones en sus vértices principales, forrado en latón zincado, tan propio del sur valdiviano, se asemeja a un castillo de madera. Un amplio acceso, fortalecido con una sobria pero distinguida escalera que comunica con un corredor para las calidas tardes de verano.
Su ubicación dentro de la trama caminera fortaleció aún más su carácter económico de este poblado, incorporando la presencia de hoteles en su trama urbana. En una esquina, se ubica el hotel Steiner, una construcción muy simple, forrada en un ancho tablón traslapado, cuya tejido nos comunica directamente con el astro rey.
Esa ligera sombra longitudinal, es la arteria por la cual circulaba mucho de la sabia y empuje de Purén, un pueblo hecho por la madera, y cuya textura se va descubriendo en cada vivienda.
Una casa que llama la atención por su singular delicadeza, es la vivienda de José Medín Reyes, según lo señala Soledad Uribe Boisier, en su libro “Reunión en el valle: Colipí, Reyes y Boisier”, fue una de las tiendas mas importantes del pueblo, llamada “El Cóndor”, iniciando sus funciones el año 1915, ofreciendo todo tipo de productos, desde finos perfumes hasta los implementos necesarios para el trabajo en el campo.
Este hombre, según lo indica la autora, llegó desde Cañete a Purén cuando recién se estaba poblando la localidad, solicitando a Federico Muster, que hiciera su construcción. Mucho de la arquitectura de este poblado se le debe a este colono suizo, quien con sus manos esculpió en la madera cada uno de los sueños de sus propietarios.
Así, esta casa ubicada en una esquina, presenta la tipología propia de Purén, un volumen muy simple, a dos aguas, y en la parte superior un volumen que se destaca en toda la fachada de la manzana. Un delicado latón, le otorga un juego de luz y sombra, resaltado por su plateada pintura. La fina terminación de sus ventanas, demuestra el trabajo del ebanista Muster, sobresaliendo un volumen, en su parte superior que define el acceso a la casa habitación.
Coronando todo el conjunto, se encuentra ubicado un cóndor, que desde hace mas de 90 años sabe mucho más de la historia de Purén que lo que sabemos nosotros.
[1] Arquitecto, © Magíster en Historia de la Universidad de Concepción. Diplomado en Gestión cultural.

lunes, 22 de octubre de 2007

Nuestro patrimonio y los regalos que nos ha dado la historia


Por Cristian Rodríguez Domínguez [1]

Nuestra provincia presenta un alto valor identitario, por un lado muy singular, pero a la vez exhibe una de sus mayores dificultades, su patrimonio es muy disperso en el territorio. Territorio cargado de símbolos, imágenes, ritos, leyendas e identidad, pero por sobre todo de una historia que hemos ido construyendo con la mirada propia, junto a la mirada del otro, y de los otros. Las Jornadas de Patrimonio cultural, buscan precisamente, eso, abrir aquellos regalos que no ha dado nuestra historia.
El patrimonio tangible presenta valores únicos en la distribución del territorio, se inicia en el valle Purén – Lumaco, con los kuel, una muy bien articulada red de manifestaciones funerarias que se comunican entre sí mediante relaciones visuales y espaciales. La “ocupación”, por su parte con toda su impronta de modernidad, nos instaló los fuertes: el embrión de nuestras ciudades. Le siguió el ferrocarril, cuya red fue sembrando una a una las estaciones ferroviarias, sus bodegas, sus casas para los funcionarios, pero también instaló aquellos recuerdos en los desnudos pueblos de Malleco. Este mismo gigante nos regaló aquel violín cuya sinfonía escuchamos los que vivimos al sur del Malleco, nos regaló aquel dragón, cuya bocanada expulsaba una cansada locomotora a vapor.
La necesidad de implantar y hacer productivas estas tierras, determinó la relegación del pueblo mapuche a tierras poco productivas, los obligó a cambiar su modo de vida, los forzó a reconocer cierta influencia occidental, de este proceso hemos obtenido los cementerios pehuenches de Icalma, uno de los pocos Monumentos Nacionales que presenta nuestra provincia. Su ubicación, nos transporta a un viaje por ritos, espacios de colores, nos permite apreciar aquella unión entre religiosidad y territorio.
“Utopía agraria”, fue uno de los conceptos que alimentó el desarrollo de las primeras industrias tras la ocupación, las haciendas con toda su intrincado tejido de viviendas, cuyo centro era la casa patronal, así su vida era definida por un ir y venir a sus bodegas, pabellones, estación y escuela. Un territorio donde la estaca y el alambre delinearon el nuevo paisaje agrícola de Malleco.
A ello, se suman los colonos, con sus austeras viviendas forradas en un oxidado latón, se alzan sobre unas suaves colinas, recogiendo un manantial de sueños de sus ríos cercanos. Esta es una síntesis ligera de nuestra historia, lo que nos ha regalado y que hoy disfrutamos como parte de nuestro patrimonio.
Junto a ello existen mujeres y hombres que han sabido comprender este proceso y así continuar con la historia que comenzaron a escribir otros. Malleco, nos ha regalado a Gabriel Díaz Morales, en Traiguén, quien ha recogido las espigas de la historia de esta ciudad, a Armando Dufey Blanc, y su inmensa colaboración en la educación, pero sus energías fueron escritas en cada tabla de la remodelación del edificio principal del Hogar suizo “La Providencia”. Hoy, hemos creído pertinente valorar el esfuerzo de Hugo Gallegos Bravo, con su museo y archivo que disfrutan muchos de los hijos de estas tierras, a las esforzadas integrantes de la “Orden Franciscana seglar” de Collipulli y finalmente a Hernán Cayumán Huircán, músico de Victoria, que ha narrado la historia en cada nota de su abundante trayectoria.
Nuestra provincia, es fruto de esta reciprocidad generada tras siglos de convivencia, y cuyo resultado podemos observar hoy, fue construida con las manos de mapuches, chilenos e inmigrantes, existe un crisol de tradiciones, que han fortalecido nuestra historia, y cuyo norte es siempre ver en los otros una parte de nosotros. Hace más de 100 años se comenzó a vivir nuestro propio proceso de globalización, que comenzamos a comprender recién hoy, pero el nuestro fue de una manera muy distinta: cara a cara.
Sin duda, un poco tarde se comienza a comprender su valor, en cien años ha desaparecido mucho de su historia, reflejada en cada tabla, cada familia y cada casa que fue construida con un sueño distinto.
[1] Arquitecto, © Magíster en Historia de la Universidad de Concepción. Diplomado en Gestión cultural.

jueves, 11 de octubre de 2007

Por que Púa y PUA no es lo mismo.-

Por Gabriel Anríquez Ponce


Es de público conocimiento que nuestra historia republicana se ha escrito a partir de miradas un tanto obscuras y neófitas, pero con buena intención. No obstante, estas buenas intenciones sólo han conseguido enlodar la veracidad de nuestra memoria histórica.
La memoria de Victoria ha sido el interés de muchas personas que, calificadas o no, se han propuesto desentrañar los misterios que nos legó un deslucido Ejército Chileno en materia de fundación de fuertes militares. En este contexto Hugo Valdés Ormeño escribe su obra titulada “Victoria tierra histórica del Mariluán”. En esta el autor señala, al parecer sin sustento, que Pua es el significado de “Parque Urrutia Albarracín.” Lo que desconoce este señor es que la razón social de esta empresa es “Albarracín y Urrutia” (ver “Diez años en Araucanía”, de Gustave Verniory, pág. 493, Ed. U. de Chile, 1975). Así el nombre sería PAU (Parque Albarracín y Urrutia).
Por otra parte, Valdés Ormeño señala que Pua no tiene significado en mapudungún, cosa del todo incierta. El sacerdote Ernesto Wilhelm de Moesbach, en su obra “Voz de Arauco” (imp. San Francisco, Padre Las Casas, 264 páginas, 1976) indica: “Pua: Probl. Poe-hue.- Poe: Planta bromeliácea, el chuponcillo; a, transform. de hue: lugar. Sitio donde abundan esos chupones epífitos, el poento o poental (véase Poe, Pudeto), o de pu-hua: en el maizal.”
Siguiendo en la senda de aportar más antecedentes en este tema en 1970 el Coronel del Ejército Argentino, Manuel José Olascoaga, que acompañaba como observador al Coronel Cornelio Saavedra, levantó un mapa con el título de “Plano de Arauco y Valdivia, con la denominación de la antigua y nueva línea de frontera contra los indios”, el que Saavedra publicó en su memoria conocida como “Ocupación de Arauco” (Imprenta Libertad, Santiago, 1870). Este mapa define las aguadas de: Salto, Piquenco y Pua.
En síntesis, ya en 1870 se conocía el nombre de pua, palabra de origen mapuche que no debe acentuarse. Al alero de lo expuesto resulta al menos increíble sostener que Pua debe su nombre al acopio de materiales de construcción de la línea férrea.
Los antecedentes expuestos fueron entregados generosamente por don Héctor Alarcón Carrasco, uno de los nuestros, de los que han dedicado su tiempo a reescribir la historia de nuestra región teniendo por escudo fuentes de información fidedignas. Atendiendo a este gesto generoso es menester agradecer la deferencia de este hijo de la Araucanía.

martes, 9 de octubre de 2007

Pua, un nombre con historia


Por: Héctor Alarcón Carrasco

Hace algunos años llegó a mis manos el libro “Victoria tierra histórica del Mariluán”, del autor victoriense Hugo Valdés Ormeño, quien en las páginas 137 a 141 se refiere al historial de Púa, dando por sentado que el nombre viene de la unión de las primeras letras de la antigua empresa “Urrutia y Albarracín”, la que en los años 1889 a 1991, aproximadamente, mantuvo un campamento carrilano en las tierras ubicadas al sur de Victoria, con el fin de extender la vía férrea que en esos años se construía hacia Temuco. Agrega además que la voz “PUAno tiene significado en Mapudungún, exponiendo asimismo algunas otras aseveraciones, veraces algunas; inexactas las otras.

Por haber vivido en dicho poblado en mi calidad de Carabinero, a principio de los años setenta, supe de la inquietud que existía por conocer el verdadero origen del singular nombre, la que incluso se le daba como tarea a los escolares, sin que alguien aportara algún antecedente que permitiera dirimir tan oscura situación.

Con los años mis inquietudes me llevaron a practicar la investigación histórica de nuestro país, y de la Araucanía en general, situación que me ha permitido encontrar los siguientes antecedentes:

La voz “Pua”, no obstante estar en desuso en su significado particular, efectivamente proviene del Mapudungún y según el sacerdote Ernesto Wilhelm de Moesbach, deriva de: poe-hue.

Poe: planta bromiliácea, el chuponcillo; a, transformación de hue: lugar. Sitio donde abundan estos chupones epífitos. También puede derivar de pu-hua: en el maizal. (Ver “Voz de Arauco”, ed 1976, pg. 199, del citado autor).

Con esto aclaramos el significado del nombre del pueblo, además por ser una voz del Mapudungún no debiera acentuarse.

Un poco al sur del pueblo, proveniente del sector de Cullinco, se desplazan las aguas del estero Púa, las que atraviesan la vía férrea y la carretera y se pierden un poco más al poniente.

La denominación de este estero es muy anterior a la construcción del ferrocarril. Ya en 1870, el Coronel del Ejército argentino Manuel José Olascoaga, que acompañaba como observador al Coronel Cornelio Saavedra en su obra de Pacificación de la Araucanía, levantó un mapa con el título de: “Plano de Arauco y Valdivia, con la designación de la antigua y nueva línea de frontera contra los indios, 1870, construido por M.J.O.”, el que Saavedra adjuntó en su memoria, conocida como:Ocupación de Arauco y que contiene los trabajos realizados en la frontera desde 1861 a 1870. (Imprenta Libertad, Santiago, 1870).

Este mapa que es el más acucioso de aquella época, define claramente las aguadas de: Salto, Piquenco, Pua y Perquenco, lo que nos indica que la aguada Pua, o estero como se le conoce hoy en día, tenía esta denominación ya antes de esa fecha ( Dicho mapa puede verse también, mas reducido, en el libro Y Así nació la Frontera, de Ricardo Ferrando Keun, pág XIII, Ed. Antártica 1ª ed. 1986)

Finalmente, debo decir que la subempresa integrada por Tomás Albarracín y en la que tenían intereses los hermanos General Gregorio Urrutia y el Coronel Fidel Urrutia, tenía como razón social la denominación oficial: Albarracín y Urrutia, lo que no cuadra con los dichos del Sr Valdés, en el sentido que la denominación PUA, correspondería a la abreviatura de Puente o Poblado Urrutia Albarracín, ya que para ello habría que cambiar de lugar los apellidos del nombre de la empresa.( Ver Diez años en Araucanía, de Gustave Verniory, pág 493, Ed. U. de Chile, 1975)

Por lo tanto, nada tiene que ver el campamento ferroviario con el nombre de Pua, siendo efectivo que luego de la fundación de Victoria en 1881, se construyó una torre de observación militar en ese sector y años más tarde la estación de ferrocarril.

Sólo resta saber la fecha exacta de creación del poblado, que seguramente nació al amparo de la estación ferroviaria. Esa será tarea para una próxima investigación.

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Nota: no es mi intención dejar mal al Sr. Valdés, pero como la falta de fuentes históricas en la región es abismante (ya que todos los antecedentes de mayor precisión se encuentran en el Archivo y Biblioteca Nacional), se han efectuado una serie de publicaciones en que los autores tomando de buena fe las aseveraciones del Sr. Valdés, han incurrido también, sin quererlo, en este error histórico, que definitivamente nada tiene que ver con el verdadero nombre de PUA. -

lunes, 8 de octubre de 2007

Ranquíl y los hijos de la revolución campesina en Malleco


Por Cristian Rodríguez Domínguez
Los acontecimientos de 1934 en la provincia de Malleco, en la zona de Lonquimay constituyen uno de los episodios más trágicos en la historia social del mundo rural chileno del siglo XX. En un país aun mayoritariamente rural en esa época, el cuadro tradicional del paternalismo patronal y la sumisión resignada de los inquilinos fue quebrantado por una revuelta social campesina de proporciones aparentemente inéditas, seguida por una matanza masiva cuyas imágenes estremecieron en el mundo político y social chileno.Esta historia se origina tras el despojo de tierras mapuche iniciado en la segunda mitad del siglo XIX con la “Pacificación de La Araucanía”, teniendo su momento culmine en las tres primeras décadas del siglo XX, cuando el Ministerio de Tierras y Colonización, terminó su labor de “redistribución” de las tierras.Esta situación lleva a que los colonos chilenos, solicitaran al gobierno la entrega legal de un predio en la localidad de Nitrito, que habitaban varios chilenos y pewenche desde hacía más de una generación. La Sociedad Puelma Tupper reclamó para sí la propiedad de las tierras y exigió una orden judicial de desalojo. En Nitrito, Ranquil, Quilleime, Lolco y Trubul, los campesinos se unieron en defensa de los expulsados. Colonos e inquilinos acosados por el hambre abandonan los terrenos cordilleranos que les habían sido asignados y se dejan caer sobre los establecimientos agrícolas saqueando las pulperías lo que desencadena finalmente una tragedia que regara de dolor los campos de la Araucanía por años. Situación que supo recoger Juan Segundo Leiva Tapia, para unos un soñador mientras que para otros un agitador, lo cierto es que nuestro mundo campesino hace más de medio siglo no estaba preparado para una aventura de esta magnitud.En la actualidad muchos de sus descendientes, mujeres y hombres de avanzada edad aún viven en comunas aledañas a Lonquimay, guardando aquella historia oculta para el resto del país producto del aislamiento geográfico de la zona, su lejanía de los centros importantes de la actividad económica y su difícil acceso.A partir de interpretaciones literarias se convirtió en un elemento constitutivo del mito fundacional del comunismo chileno y la izquierda en general, en cuanto símbolo de luchas del campesinado. Son muchos los escritores que han recogido estos acontecimientos desde un punto de vista de la una historia novelada como Fernando Lomboy, con su obra “Ranquíl”, otros en cambio como Germán Troncoso con su titulo “Bío Bío sangriento” aportan hechos y documentos con una visión sesgada de estos hechos, en tanto Patricio Mann por otro lado musicaliza esta tragedia y la proyecta en acordes melódicos. Lo cierto es que muy poco se sabe sobre este hecho, factores que disminuirían la importancia del movimiento, haciéndose necesario dar a conocer esta historia oculta y tergiversada.En dos años más se cumplirán 75 años de esta acontecimiento, nuestra propia versión de la lucha obrera y de clases, es por lo anterior que hemos iniciado un primer paso para proyectar a la comunidad esta historia con la realizaron de un documental sobre los hijos de Ranquíl.El origen de este conflicto, genera un puente entre dos mundos totalmente opuestos, lo rural y lo urbano, entre lo agrario y la elite, lo extremadamente local, con alto de grado aislamiento con los universal y la aventura de impulsar un ideología izquierdista en Chile.

martes, 2 de octubre de 2007

Nuestra historia: El resultado de un trueque cultural constante


Por Cristian Rodríguez Domínguez [1]

El desarrollo de las tierras al sur del Bío Bío ha estado definido por una continua interacción entre dos mundos, entre lo aborigen y lo foráneo, entre lo natural y lo moderno. Desde que se comienza a relatar nuestra historia, ha sido común este intercambio, el ver en el otro una parte de nosotros.
Hace unos siglos el pueblo mapuche habitaba cada unos de los rincones de este territorio, desde la cordillera al mar, y de norte a sur. La sociedad mapuche basada en una economía ganadera fue su sustento, un poblamiento lineal y continúo entre el río Malleco y el Cautín, con pequeños asentamientos en un interminable valle lleno de verdor era la imagen que escribieron los primeros cronistas españoles de nuestro territorio. En sus bordes, una abundante montaña en el sector de la cordillera de Nahuelbuta y la cordillera de Los Andes.
Así, durante años, empezó un desafío militar y cultural con el pueblo mapuche, de manera paralela avanzaron misioneros jesuitas quienes trataron de implantar la evangelización, produciendo de esta forma un primer proceso que apunta a nuestra nutrida diversidad cultural. Posteriormente, este conflicto, comenzó a evolucionar lentamente, este contraste entre la cosmovisión mapuche y el mundo occidental se empezó a radicalizar, contexto en que agonizaba el espíritu medieval español ya en retirada y cuya prolongación en estas tierras llegó hasta bien avanzado el siglo XVIII.
Una vez obtenida la Independencia, se emprende el proceso de anexión definitiva donde se incorpora este territorio al Estado chileno, con ello se activa un intercambio que traspasa el límite del Bío Bío y un afluente humano transita desde el sur del Malleco hacia el norte, y desde el norte hacia las tierras mapuches.
Se construye de esta manera una sociedad fronteriza, aquellos límites opuestos lentamente se empezaron a unir, fusionándose y construyendo un nutrido intercambio comercial, social y cultural.
Al finalizar el siglo XIX, se da inicio al penúltimo hito de la construcción de la historia de nuestra provincia, la necesidad integrar económicamente este territorio obliga a poblarlo con inmigrantes europeos. De esta manera, llegan desde Europa, suizos, alemanes, franceses, italianos, españoles, ingleses entre otros, quienes van a intercambiar sus tradiciones, sus valores y anhelos con los habitantes de estas tierras. Nuestra cultura adquiere formas diversas de relaciones a través del tiempo y el espacio, como consecuencia de ello nuestra historia es el resultado de este trueque.
Este intercambio se manifiesta en el campo, en la ciudad y en cada uno de sus habitantes quienes han marcado de manera transversal la sociedad rural de estas tierras y han contribuido a forjar nuestro carácter, entregar nuestros valores y ser receptivos de lo foráneo.
En su historia también se han abordado hitos relevantes dentro de la construcción de la república, fortalecer la unión en un solo territorio y cuyo símbolo más claro es el Viaducto del Malleco, también en la búsqueda de aquella unión con la Argentina se construyó el Túnel “Las Raíces”.
Así, lo hicieron nuestros caciques como Colipí, Mariluán y Quilapán, nuestros soldados como Gregorio Urrutia y Cornelio Saavedra, nuestros comerciantes como Otto Lincke, nuestros agricultores como Juan Widmer y nuestros empresarios como José Bunster entre otros.
Nuestra provincia, es fruto de esta reciprocidad generada tras siglos de convivencia, y cuyo resultado podemos observar hoy. En vistas de que la provincia de Malleco fue construida con las manos de mapuches, chilenos e inmigrantes, existe un crisol de tradiciones, que han fortalecido nuestra historia, y cuyo norte es siempre ver en los otros una parte de nosotros.
[1] Arquitecto, © Magíster en Historia de la Universidad de Concepción. Diplomado en Gestión cultural.

viernes, 28 de septiembre de 2007

El Túnel “Las Raíces” y su pueblo: Boca Norte.


Por Cristian Rodríguez Domínguez [1]

El ferrocarril en la provincia de Malleco ha marcado el desarrollo de las ciudades y ha sido motivo de orgullo por la vida generada tras su estela de humo, sumada a las obras de infraestructura que se han levantado en la provincia, el viaducto del Malleco y el Túnel “Las Raíces”. Este último fue durante muchos años uno de los más largos de Sudamérica, en la primera mitad del siglo XX.
En tanto, su construcción de largos años, llegó a casi una década, germinando un pequeño poblado que se estableció como campamento, Boca Norte. Uno de los investigadores que ha indagado en su búsqueda es Fernando Koch, en su publicación “Regreso desde el olvido”, recoge las historias de gente sencilla del ramal Púa a Lonquimay dando cuenta de su importancia dentro de la construcción del trazado.
Hace un par de años, tuve la suerte de recorrer cada una de sus estaciones, muchas de ellas ya no están, al igual que el poblado de Boca Norte. La construcción del túnel obligó a desarrollar toda una infraestructura para poder dotar de la maquinaria necesaria para la obra. Las faenas de construcción del túnel se iniciaron en el mes de noviembre de 1929, con la adquisición de los elementos necesarios, el mejoramiento del camino público entre Curacautín y Lonquimay y la construcción de un camino privado de alrededor de 5 kilómetros de largo entre el kilómetro 38 del camino público y Boca Norte, debiendo también aquí construir un puente de 20 mts., para atravesar el río Cautín.
La empresa trabajo desde 1929 hasta 1934, gracias a la propuesta adjudicada, y luego existió una segunda etapa de construcción que va desde 1934 a 1939, la cual fue ejecutada por la misma empresa, pero por administración y a cargo del Ministerio de Obras Públicas, siendo terminadas en 1938, con una inversión total de $32.897.238 pesos, incluyendo la liquidación a los ex contratistas.
El túnel según lo señala el investigador, fue una “obra fundamental y monumental en el desarrollo del tren trasandino” que tenía su propia expresión en la Araucanía, conectar el Atlántico con el Pacifico.
Ese fue el rol del poblado, constituirse en el apéndice del único bastión que impedía aquella unión. Su trazado estaba definido por la curva que antecede al acceso del túnel, de manera circular, se ubicaban las viviendas de los obreros, uno tras otro conformaban el perímetro y una plaza circular era el espacio de encuentro tras largas y agotadoras jornadas de trabajo.
Un edificio en madera, en el centro, de dos pisos albergaba a la administración, recreando y centralizando el poder del patrón por sobre los obreros, así el rústico urbanismo de este campamento entrega una lectura clara y precisa de la jerarquía que existió en aquella época.
Esta construcción de un tratamiento mucho más elaborado a diferencia de las habitaciones de obreros ejecutadas en tabla aserrada, a dos aguas que se ha podido recrear mediante las fotografías que nos entrega la investigación de Fernando Koch.
Sin duda, muchos añoraran la vida al interior del Boca Norte, ahora solo esta en los recuerdos de los descendientes, aquellos que tuvieron la oportunidad de que sus abuelos trabajaran en la boca del dragrón.
[1] Arquitecto, © Magíster en Historia de la Universidad de Concepción. Diplomado en Gestión cultural.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Presentación publicación Cementerios de la Araucanía


En el Centro cultural de la ciudad de Victoria fue presentada la publicación “Cementerios de la Araucanía”, editado por Gestión y producción cultural Intercomuna. Los autores Cristian Rodríguez Domínguez y Andrea Saavedra Teigue, ambos investigadores del patrimonio cultural estructuraron su trabajo en dos ámbitos, una primera parte el marco histórico bajo el cual se definen estas expresiones y la segunda parte una galería con los ejemplos mas relevantes.
Este trabajo contó con el financiamiento del Fondo de las Artes y la Cultura, FONDART 2006 y se constituye en una primera herramienta para la compresión de la diversas manifestaciones funerarias que se encuentran en la Araucanía.
A este evento asistió el concejal Gregorio De la Maza, el encargado de cultura de la municipalidad, Gabriel González Villarroel, la Directora de la Biblioteca municipal “Marta Brunet” de Victoria, además de dirigentes de diversas organizaciones.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

El parque de la hacienda: el espacio de sociabilidad de la elite

















Por Cristian Rodríguez Domínguez [1]

La hacienda en la Araucanía fue proyectada siguiendo los cánones de la hacienda de la zona central. A diferencia de ella se estructuraba en torno a un espacio anterior que la vinculaba con el paisaje, el parque fue trazado con toda la poesía y sutileza del Romanticismo francés bastante en boga en nuestro país a fines del siglo XIX.
Sin duda este parque permitió humanizar aquel agreste espacio rural de la Araucanía, en su concepción excluyo toda imagen que evocara una sociedad primitiva basada en el mestizaje, la vagabundancia y la criminalidad. Unos largos y generosos corredores daban lugar a hermosos jardines que los inquilinos se encargaban de conservar durante el resto del año y cuya evaluación de la sutileza tenia su punto máximo en la primavera.
Suaves caminos rectos guiaban la delicadeza y elegancia de las damas en verano. Así, el parque en el atardecer, fue el espacio de socialización de la elite latifundista, hasta fines del siglo XIX y los inicios del XX, repitiéndose cada verano.
Al aproximarse a la casa principal de las haciendas aparece otro parque uno más condensado y mejor elaborado, producto del desarrollo planificado de la intervención del hombre. Especies exóticas de grandes dimensiones como araucarias, sequoias, cedros, palmas, cipreses, encinas, castaños y magnolias, crecen entremezcladas con arbustos y enredaderas de flor, todos ellos enmarcados por las edificaciones que definen el asentamiento.
La suavidad generada por microclimas en la región debido a la constante presencia de macizos en el paisaje posibilitó que todas estas especies se desarrollaran notablemente, gracias a la presencia de canales y acequias. Desde la entrada del parque, cerrado por una reja de fierro forjado, hasta las puertas de fundo corren espaciosas avenidas de álamos Carolina. Su trazado era regular, donde existían senderos, propios de un parque francés de fines del siglo XIX, pero en una escala mucho menor, complementado con piletas, macetas bordeadas de orilleros de plantas y mobiliario como es el caso de la hacienda Cullinco, sumado a ello la presencia de aves.
Estos parques respondieron en muchos casos a intervenciones de paisajistas de la zona central, debido a la gran mayoría de las haciendas eran prolongaciones de la misma hacienda republicana, donde eran comunes transitar por corredores desde donde circula el aire que refresca toda la vivienda como es el caso de la hacienda Chufquén.
El sentido del parque responde a la necesidad de tener un lugar de recreo donde la familia recorría sus sombreadas avenidas, rememorando el concepto romántico de los grandes parques y jardines franceses en el periodo de cosecha y donde la familia en pleno acudía a supervisar dicha faena.
Una vez que se mejoraron los caminos, aparece el automóvil aquel espacio de sociabilidad se fue trasladando lentamente hacia la ciudad, la necesidad de obtener servicios, educación y ser parte del poder político, el que indudablemente esta en la ciudad, asienta a los agricultores en la ciudad.
Así, aquel estilo propio del romanticismo francés que domino la sociedad desde la segunda mitad del siglo XIX, fue reemplazado por las nuevas corrientes que asomaban en Chile y ahora se integraban a la vida citadina del sur.
[1] Arquitecto, © Magíster en Historia de la Universidad de Concepción. Diplomado en Gestión cultural.

Intercomuna, siete años difundiendo el Patrimonio cultural de la Araucanía.


Una de las manifestaciones más singulares de la Araucanía dentro de su diversidad es la muerte. Este hecho tan doloroso para el ser humano, se expresa de diversas formas en los cementerios mediante mausoleos, pequeñas estructuras de madera, los chemamull del pueblo mapuche y los sitios ceremoniales como los kuel del valle Purén Lumaco.
De estas manifestaciones que se encuentran en los camposantos de nuestra región da cuenta la publicación “Cementerios de la Araucanía”, que forma parte de la serie fascículos de Arquitectura Patrimonial editados por editorial cultural Intercomuna.
La particularidad de la serie según indica su autor, el investigador Cristian Rodríguez Domínguez, “radica en realizar un registro sobre los bienes que presentan un alto valor patrimonial, en su gran mayoría rurales e insertados de manera desigual en el paisaje rural de la Araucanía”, por su parte Andrea Saavedra Teigue, historiadora plantea que “los fascículos contribuyen a dar a conocer nuestro amplio patrimonio cultural regional, promoviendo su valoración por parte de la comunidad”.
De este modo a siete años del nacimiento de Editorial cultural Intercomuna, la cultura ha logrado un espacio en la sociedad a través de los diversos productos que se han elaborado. Todo partió el 14 de julio con la edición del primer periódico cultural Intercomuna, de distribución gratuita, cosa inédita en esos años, con el fin de generar un mayor acercamiento de la comunidad con esta temática. Este medio aun se mantiene vigente, en palabras de su directora Cinthia Muñoz Agüero, “no ha sido una tarea fácil, sin embargo en estos años hemos notado una mayor sensibilidad por la cultura en nuestros lectores”.
Este medio con el tiempo ha ido creciendo constituyéndose en el sitio web http://www.intercomuna.cl/, el que cuenta con actualización diaria y una galería de imágenes sobre estaciones y molinos. Este canal ha fortalecido el desarrollo y difusión de nuestra cultura e identidad local, concitando el interés de numerosas personas en nuestro país y el extranjero.
A lo anterior se añade el desarrollo audiovisual, con la ejecución del documental “Hijos del Trigo”, sobre la historia agrícola de Malleco y “Victoria, nos cuenta su historia”, que recoge la vida citadina de esta ciudad.
Sin duda el arduo trabajo realizado por los profesionales de Intercomuna ha permitido llevar a distintos congresos y encuentros nacionales e internacionales, el amplio patrimonio cultural de la Araucanía, posicionando a esta organización a la vanguardia en materia de investigación del patrimonio.
Una de las acciones en expansión es el vínculo con la comunidad y para ello se ha colocado acento en la formación de públicos respecto del patrimonio cultural, generando una instancia de debate y reflexión permanente como lo son las “Jornadas de Patrimonio Cultural”, que este año van para su tercera versión.
Según palabras de su director “resta mucho por hacer, nuestra tarea en lo inmediato es exigir que se le el lugar que corresponde a nuestro patrimonio por parte de las autoridades y la comunidad”.

Agrupación "Alter Ego" de Collipulli


Curacautín.- En el marco de los años de la partida del poeta Jorge Aguilera, la Agrupación Alter Ego convoca a la novena versión del concurso Historias de Vida poeta Jorge Aguilera, en las versiones narrativa y prosa.El objetivo de este concurso es recoger sueños, anécdotas, experiencias de vida y leyendas, los trabajos se deben presentar en triplicado firmado con un seudónimo. El trabajo se debe enviar en un sobre sellado y debe incluir nombre completo, cedula de identidad, dirección y teléfono o bien por correo electrónico a magdiel48@hotmail.com con copia a riquelmeosses@hotmail.comEl plazo para enviar los trabajos vence el día 10 de noviembre de 2007 y los premios se dividen en dos categorías narrativa y poesía. Para el primer lugar en ambas categorías es de $ 30.000 más diploma, el segundo lugar $ 20.000 más diploma.Auspician este concurso el Colegio de Profesores, Tiendas Paola de Collipulli, los concejales Gastón Navarrete y Patricio Gacitua, la señorita Teresa Ringele y el señor Carlos Fernández.
Gentileza: Intercomuna.cl

La trilla y el espacio de social del campo chileno.


Por Cristian Rodríguez Domínguez [1]

Cada verano es común ver a enormes colosos que recorren de manera solitaria cada colina, extrayendo el sustento que les ofrece la unión entre la tierra y el sol a sus hijos. La trilla ha sido siempre el espacio de sociabilidad del campo chileno, hasta allí llega la maquina cosechera con su carro, los vecinos a ayudar y las mujeres preparan sus mejores cazuelas para generar el caldo necesario entregando la fuerza diaria para sus hombres.
En el atardecer, un par de conversaciones alimentan historias que han recogido en diversas cosechas en nuestro campo, una guitarra en mano comienza a entonar diversas payas y cuecas.
Al viajar por los campos en verano era común ver aquellos mantos dorados que el viento tocaba suavemente haciéndolos deslizar como un pequeño torrente en un estero. Estos esteros alimentaron pequeños sueños de un grupo de hombres que buscaron en estas tierras generar relaciones que les permitieran satisfacer sus necesidades de vida. Todos trabajaban por un fin común, realizar la trilla y de esta manera obtener el sustento para el resto del año, el alimento mediante el cual se realiza el pan, el mote, la harina tostada, los catutos, las pantrucas y las tortillas. Mapuches, colonos y chilenos vivimos del trigo, hemos participado de una u otra manera en la cosecha.
Mucho mas atrás en el tiempo, la trilla convocaba a gran cantidad de trabajadores, desde distintos puntos del país arribaban en el ferrocarril, mientras en algunas haciendas contrataban carros para atraer gente. Así, el capataz junto al dueño del fundo organizaba todas las actividades que convocaba este evento, como un verdadero engranaje, los trabajadores debían cumplir un rol definido.
Una de ellas era la enyugada, una carrera para obtener las mejores parejas de bueyes y así forjar un mayor rendimiento en la trilla, una carreta colmada de gavillas las llevaba hasta la era, allí un locomóvil generaban la fuerza necesaria para separar la paja del trigo. Una a una, son amontonadas las gavillas, en un acto también solitario, al igual que la contemporánea modernidad, en tanto en sus inicios los colonos realizaban su trilla a yegua, según lo consigna el investigador Alberto Dufey Castro en su libro “Crónica de la inmigración suiza en la Araucanía”.
Hoy, este espacio de encuentro ha desaparecido, salvo en aquellos rincones donde no llegan los grandes colosos, en los faldeos de la cordillera de Nahuelbuta, aún se cosecha a mano. La trilla permanecerá en el tiempo como una tradición propia de nuestros campos, un hecho que ha marcado a los hijos del trigo.
[1] Arquitecto, © Magíster en Historia de la Universidad de Concepción. Diplomado en Gestión cultural.

Documental “Victoria, nos cuenta su historia”


Un salón cultural con gran cantidad de asistentes fue el marco para el lanzamiento del documental “Victoria nos cuenta su historia”, postulado por la municipalidad de Victoria al Fondo de Desarrollo Regional y ejecutado por Gestión y Producción Cultural IntercomunaEl Centro Cultural Waldo Orellana recibió a autoridades, encabezadas por el alcalde(s), concejales, comisario de Investigaciones, jefes de servicios, dirigentes y público en general quienes recibieron con mucho entusiasmo esta realización de un equipo victoriense.El documental de 55 minutos, que por momentos hizo que hasta algunos se emocionaran, mostró la historia de la ciudad vista por sus propios habitantes haciendo hincapié en los grandes hitos que ha tenido, tales como su fundación, el ferrocarril como motor de desarrollo, la llegada de colonos, la presencia de instituciones como la desaparecida Escuela Normal, el teatro, el hospital, un sinnúmero de fábricas y vivencias personales que marcaron el devenir y vida de los habitantes de Victoria y las localidades de Quino, PUA y Selva Oscura.Este trabajo de acuerdo a las palabras de su director Cristian Rodríguez Domínguez “es un aporte a la historia de la comuna, una mirada distinta que viene a sumarse a las ya existentes y a las que están por venir”. Por otro lado, busca ser un material didáctico de consulta para las nuevas generaciones.El equipo realizador estaba conformado además por Cinthia Muñoz Agüero, periodista, Andrea Saavedra Teigue, profesora de historia, Cristian Cáceres Henríquez, comunicador audiovisual y Hernán Cayumán Huircán, músico y profesor.

Concurso de cuento breve: mi pueblo en 100 palabras


CONVOCATORIA
En el marco del Primer encuentro del Escritor local de la Araucanía, el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, la Municipalidad de Victoria y Gestión cultural Intercomuna convocan al concurso, "Mi pueblo en 100 palabras".
Cuentanos breves historias de tu pueblo, rescatando tradiciones, personajes, o lo que tu desees expresar en un máximo de 100 palabras.

PARTICIPANTES
Pueden participar todos los interesados, residentes en la región
de la Araucanía.

TRABAJO
Deben enviar un trabajo inédito sobre la historia de los pueblos de la Araucanía en un máximo de 100 palabras, en letra arial 12, espacio 1,5 al correo electrónico concurso100@intercomuna.cl, incluyendo nombre, dirección, cédula de identidad, edad y teléfono.
Los trabajos serán publicados en la sitio web del Primer Encuentro del Escritor Local de la Araucania, www.intercomuna.cl/escritorlocal.

PLAZO
La recepción de los trabajos se realizará desde el 1º de octubre hasta el 20 de noviembre del 2007.

PREMIOS
Primer lugar $ 30.000 más diploma
Segundo lugar $ 20.000 más diploma
Tercer lugar $ 10.000 más diploma

PATROCINAN
Consejo nacional del Libro y la lectura
Municipalidad de Victoria

ORGANIZA
Gestión y producción cultural Intercomuna

Fuerte impulso de la cultura mapuche en Jornadas de patrimonio cultural


Las Terceras Jornadas de Patrimonio Cultural en la Araucanía, tendrán énfasis en la cultura mapuche, así lo señalaron los organizadores de este evento, Cristian Rodríguez Domínguez, director y Andrea Saavedra Teigue Coordinadora Académica, esto gracias al interés de organizaciones culturales e instituciones que han visto en estas jornadas una oportunidad para dar a conocer sus experiencias y ponerse en contacto con connotados investigadores de nivel nacional e internacional.
Así es como Andrea Saavedra, señaló que se realizarán en la misma fecha, producto del apoyo que se ha recibido de instituciones y particulares que desean continuar contribuyendo al desarrollo cultural de la Araucanía, sobre todo porque es un evento gestado en esta región y que busca dar a conocer el importante abanico de realidades culturales que convergen en una sociedad cosmopolita al resto del país, para lo cual se esta formando una red de voluntarios por el patrimonio de diferentes comunas.
Cabe indicar que anualmente en el marco de estas jornadas se distinguen a ciudadanos que contribuyen a la investigación, difusión y conservación del patrimonio cultural de la región.
Por su parte, del evento manifestó que este año las jornadas tendrán su énfasis en la historia y cultura mapuche, con la finalidad de abrir por primera vez un espacio de encuentro y reflexión sobre nuestro patrimonio indígena a partir de los agentes comunitarios. Por cuanto, la historia ha sido escrita por investigadores no mapuche y no se les ha dado el espacio a los actores comunitarios para dar a conocer su propia historia.
Para este año están confirmados Iván Inostroza, director del Archivo regional de la Araucanía, el historiador Hugo Gallegos de Angol, Cesar Parra, Director de la Red chilena de valoración de cementerios patrimoniales, Marco Muñoz del Campo, arquitecto de la universidad de Playa Ancha, entre otros expositores.
Este evento se realizara los días 25 y 26 de octubre próximo en el Centro cultural de Victoria. Mas información: http://jornadas.intercomuna.cl/

VICTORIA, se cree la muerte


Investigadores impulsan valoración del patrimonio de los cementerios de la Araucanía

Una interesante iniciativa tiene programada Gestión cultural Intercomuna de la ciudad de Victoria en el marco del VIII Encuentro Iberoamericano de Gestión y Valoración de cementerios patrimoniales, que se realizará por primera vez en nuestro país, y cuyos representantes en la Araucanía son los investigadores del patrimonio cultural Cristian Rodríguez Domínguez y Andrea Saavedra Teigue.
Este evento se inicia el miércoles 26 de septiembre con una exposición de las distintas manifestaciones funerarias dando cuenta de la gran diversidad que presenta nuestra región. Entre la que se cuentan cementerios mapuche, pehuenche y lafquenche y cuyos ejemplos mas evidentes lo constituyen los kuel, chemamull y los eltun. Además de los cementerios de inmigrantes italianos, ingleses, alemanes entre otros, emplazados principalmente en las ciudades de la Araucanía.
Estos serán presentados a través de una charla y fotografías inéditas recogidas en esta investigación que muestran la riqueza patrimonial que estos poseen. Dicha actividad se realizará en el Centro cultural de Victoria a partir de las 19.00 horas.
Para el domingo 14 de octubre a las 16.00 esta programada la actividad denominada “VICTORIA, se cree la muerte”, con un recorrido por el camposanto de la ciudad, el cual presenta un alto valor patrimonial, ya que es uno de los primeros de la región naciendo junto con la ciudad. En esta ocasión se efectuaran charlas de los trabajadores, las floristas y encargados de los cementerios de Victoria, finalizando con un recorrido por el camposanto.
Ese día, además será presentado el libro “Cementerios de la Araucanía”, publicación que contó con el patrocinio del Fondart 2006 y de la Red Chilena de Gestión y Valoración de cementerios patrimoniales, publicado por editorial cultural Intercomuna. Este libro de 200 páginas, es un recorrido por las distintas manifestaciones funerarias de esta región, las mapuche y la no mapuche, mediante una galería arquitectónica que da cuenta de la diversidad de las expresiones vinculada a la muerte.
Finaliza, toda esta iniciativa con la presentación del trabajo denominado “Diversidad cultural en los cementerios de la Araucanía en Chile: el contraste entre lo etéreo y lo material” en el marco de este evento, que se realizara en la Recoleta Dominica, Santiago, los días 30 de octubre al 1 de noviembre.